Desvirgue anal del apretado culito de mi mujer luego de ocho años de casados.

Desde que nos íbamos a casar tiene que mi mujer me lleva prometiendo que iba a flojar su rico anito rosadito para que pudiera probar lo rico que apretaba en compensación por “ser tan buen marido” (o sea, darle lo que pide a la vieja). Pero nomás se hacía pendeja. Pero aproveché que uno de mis alumnos me regaló uno de los tequilas favoritos de mi vieja para finalmente rompérselo a gusto. La invité a cenar y cuando llegamos a casa la empedé sabiendo que se pone bien cachonda cuando está tomada, así que cuando se empinó para mamarme la verga la volteé y comencé a dedearle el culo hasta que solita me rogó que le desvirgara la colita sin piedad.