Esta culona sabrosa me odiaba, pero una vez que probó mi riata, se enamoró de mi

Esta vieja se pasaba de verga conmigo en la oficina, todo porque durante los primeros días le puse un apodo que no le gustó y, aunque está que se cae de buena (sólo véanle el tremendo culote que se carga), nunca pensé que llegara algún día a zamparle el chile en su panocha. Pero en la fiesta de Navidad de la oficina, todos nos pusimos bien pedos y, no recuerdo bien cómo porque estaba bien pedo, acabé metiéndole el chorizo entre las nalgotas para hacerla chorrearse de placer. De la cogida tan rica hasta se me quitó lo pedo y le metí dos veces reata esa misma noche. No le metí la tercera nada más porque tenía que trabajar al día siguiente, pero ahora cogemos cada vez que podemos.