La tetona salvaje de Esperanza Gómez

Dice un dicho sabio que uno tiene que tener cuidado con lo que desea, porque nunca se sabe cómo se te regresa. Este dicho debió haberse repetido una y otra vez en la cabeza de Esperanza Gómez mientras sentía como una tremenda reata de 24cm entraba y salía brutalmente de su raja, dejándosela totalmente deshecha de la mega cogidota que le pegó. Se notan los esfuerzos que pega la vieja para poder tragarse todo el camote del cabrón pitudo, que sin piedad le ensarta hasta los huevos en la conchita, que intenta expandirse lo más que puede… y eso que la puta está acostumbrada a sentir buenos fierros entre las patas. Pero es obvio que la Esperanza nunca pensó que pudiera tocarle una reata de semejante tamaño.