Vino a quejarse y terminé metiéndole bien rico la verga a mi vecina culona
Estaba cogiendo bien sabroso a una morra gritona que no dejaba de pedir verga cuando la vecina llegó diciendo que no era posible que siempre fuera lo mismo, que tenía hijos, que qué ejemplo daba. Le azoté la puerta en la cara y me fui a seguir cogiendo. A la mañana siguiente vino de nuevo azotando la puerta y gritando lo mismo. Estaba a punto de mandarla chingar a su madre, pero caí en cuenta de que está bien buena la putita, así que le grité “¿quieres por qué gritan las putas?” y la jalé hacia adentro y comencé a besarla, morderla y desnudarla mientras ella se defendía pero, cuando le zampé la verga, sentí como la vieja se chorreó y aflojo bien sabroso la panocha y comenzó a gemir incluso más fuerte que las putas que me había cogido antes. Ahora apenas se va su marido, baja a coger conmigo.